jueves, 15 de enero de 2009

La llamada

Tras los peores 20 días de nuestras vidas recibimos la temida llamada. Mi mujer, Harilla, y yo esperábamos nuestro primer hijo. Sin trabajo y con solo 19 años dediqué todo el embarazo de Harilla a fabricar muebles para la casa y juguetes para Kela, sabíamos que sería niña. Hasta hace dos semanas, nada nos hacía pensar que tendríamos que abandonar nuestra casa, un pequeño apartamento en Tal al Hawa un barrio humilde, en el sur de la ciudad, lejos de casi todo, pero dentro de nuestra amada ciudad natal, La Ciudad de los Niños, como la llamaba mi padre. Aquí la mitad de la población tiene menos de 14 años.
Cuando la cosa empezó a complicarse, los padres de Harilla nos pidieron que nos fuéramos a su casa, ellos vivían en una zona más tranquila y con algunas comodidades. Entonces no llegamos a imaginar que todo seria tan difícil. Hoy, a escasos minutos del nacimiento de Kela, me arrepiento de no haberlo aceptado, debí tragarme mi orgullo de recién casado.
Desde entonces las pesadillas me asaltan cada noche. Lo de menos es perder la casa. Hace tiempo nos cortaron el agua, después la luz, las garrafas se quedan vacías y en tres días no tendremos que llevarnos a la boca. Este es un invierno frio y con las ventanas rotas y sin calefacción estamos helados. Harilla casi no puede dormir. El miedo ha empeorado aun más su difícil embarazo.
Todos los vecinos de este destartalado edificio lo abandonaron hace días. El último fue Hasan y su familia. Se llevo a sus 9 hijos consigo. El día antes perdió a su mujer y no estaba dispuesto a perder a nadie más por esta crisis de humanidad.
Para nosotros no es posible movernos de aquí, desde hace una semana Harilla no puede moverse de la cama debido a las complicaciones de su embarazo, que a su vez se deben a la mala alimentación y al frío. Los hospitales no funcionan y las pocas ambulancias que aún existen pueden ser atacadas. Tendrá que dar a luz en casa.
Finalmente, nada más amanecer(15.01.2009), sonó el temido teléfono y nada mas sonar Harilla rompió a llorar y gritar de desesperación. Desde anoche sabíamos que la fatídica llamada era inminente, pero uno nunca está preparado para que le expulsen de su casa, menos de esa manera y en medio de esta situación. Durante toda la noche habían caído bombas en todo el barrio y sabíamos que era el paso previo a nuestro desahucio, pero qué podíamos hacer, Harilla estaba muy mal, ya nadie nos podía ayudar. La llamada fue inclemente. Intenté explicarles la situación de Harilla, pero no me escuchaban. Nos daban 10 minutos para abandonar el edificio antes de derribarlo.
Solo nos quedaba una pequeña oportunidad, no sabía si funcionaria, pero era lo único que podíamos hacer. Desnudé a Harilla para que cuando subieran los militares vieran que estaba embarazada, de lo contrario podían pensar que tenía bombas adosadas al cuerpo y acabarían con ella nada mas encontrarla. En seguida salí a la calle, en ropa interior, con un pañuelo blanco en la mano. Si me quedaba dentro del edificio me matarían al instante. Luego dirían que era un terrorista. Llegaron enseguida, antes de acercarse a me sorprendió un perro con una cámara de vídeo en la cabeza, me ignoró y subió rápidamente al edificio. Temí por Harilla. Luego supe que el perro estaba entrenado para descubrir armas y explosivos y comprobar si había alguien preparando una emboscada. Yo les gritaba desde la puerta que mi mujer estaba arriba, que no se podía mover, que estaba a punto de dar a luz y que por favor no derribaran la casa. Cuando el perro volvió se acercaron a mí, me retiraron de allí y subieron armados hasta las cejas. Al escuchar una explosión en mi casa, el mundo se me cayó encima y yo caí al suelo retorciéndome de dolor, un dolor sin anestesia posible. Treinta minutos más tarde aparecieron los militares con mi mujer en una camilla, ¿POR QUÉ?, grite a un dios que dudo exista en este lugar y al que dejé de rezar hacía tiempo. La dejaron a mi lado, me abalancé a su cuerpo llorando. Entonces vi que ella también lloraba, no estaba muerta, estaba intacta, temblaba de miedo, pero estaba bien. Los militares habían entrado en su habitación derrumbando una pared por miedo a que la puerta escondiera alguna trampa, esa fue la explosión que escuche y que casi mata a Harilla de un susto que aun no había superado.
Hoy, día 15 de enero de 2009 ha nacido Kela. Mi primera hija vino al mundo entre tanques Israelíes, junto a las ruinas de la que iba a ser su casa, entre los escombros de la que era su ciudad, sin posibilidad de conocer a gran parte de los que iban a ser sus vecinos, porque murieron poco antes de que ella naciera.

Los periódicos de hoy lo cuentan así:
Los tanques penetraron a primera hora de la mañana en el barrio de Tal al Hawa en el sur de la ciudad y continuaron su avance hasta llegar al núcleo urbano de la capital de Gaza.
Israel ha atacado durante la noche 70 objetivos en Gaza Los ataques de esta noche han sido los más intensos desde que comenzó la ofensiva el pasado 27 de diciembre y que miles de personas huyen de los tanques ya en calles céntricas de la ciudad.
Tanques israelíes entraron esta mañana en el sur de la ciudad de Gaza y han obligado a millares de personas a abandonar sus hogares y buscar refugio. En los ataques murieron al menos una decena de palestinos.
La ofensiva israelí "Plomo fundido" cumple este jueves su vigésima jornada y el número de víctimas mortales palestinas es de 1.033 (300 niños y unas 80 mujeres) y el de heridos 4.580, mientras que trece israelíes, de los cuales una decena son militares, murieron en este período y mas de 200 resultaron heridos.
A la espera de dar una respuesta al plan egipcio de paz, aceptado ayer con condiciones por Hamás, Israel prosigue la ofensiva contra la franja. De hecho, la ha intensificado esta noche. Además de los bombardeos, tanques israelíes se han adentrado en la ciudad de Gaza por el sur, por lo que miles de palestinos han emprendido la huida por las calles.
Esta mañana, Israel ha atacado la sede de la ONU de ayuda para los refugiados palestinos(UNWRA) en el que se refugiaban 700 personas. Según UNRWA, "dos disparos de artillería y tres bombas de fósforo blanco" han caído en el complejo. La comida que ha entrado en Gaza en los últimos días está ardiendo.
Los bombardeos israelíes también han afectado a un hospital de la Media Luna Roja Palestina (MLRP) en la franja de Gaza. No se ha confirmado si hay víctimas.
En otro ataque, la agencia Reuters ha confirmado que la artillería israelí ha atacado la torre que los medios de comunicación están empleando para cubrir el conflicto, hiriendo a dos cámaras palestinos. Ese edificio era el centro de operaciones de varios medios árabes y occidentales, entre ellos las cadenas de televisión estadounidense Fox, la británica Sky News y la luxemburguesa RTL. Esta semana también supimos que:
Además de los ataques devastadores de la artillería y la aviación, los soldados israelíes empujan ahora sobre el terreno vaciando casas y matando en ocasiones a familias enteras. Primero entran perros adiestrados que llevan cámaras adheridas a las patas para observar que en el interior no hay hombres armados o suicidas, y después revientan las paredes laterales para evitar utilizar puertas que pueden ser trampas. Antes intentan que los civiles abandonen sus hogares.
El teléfono es un arma. Miles de palestinos han recibido llamadas para advertirles que su casa será demolida. El militar israelí -seguramente druso o bedui-no- habla perfecto árabe. Muchos vecinos tratan de impedir el bombardeo subiendo a los tejados. Pero entonces los israelíes lanzan proyectiles diseñados para no explotar. Sólo aterrorizan. El pasado viernes, en un edificio que acoge las sedes de varios medios de comunicación se recibieron llamadas telefónicas. Los periodistas salieron a la calle, y el inmueble fue atacado. En dos semanas más de 2.200 edificios han sido derruidos. El ejército ha abatido a mujeres cuando abandonaban casas portando bandera blanca; médicos y enfermeros fueron baleados cuando trataban heridos; han destruido sistemáticamente infraestructuras civiles; han impedido que ambulancias atendiera a niños hambrientos que esperaban auxilio sobre los cadáveres de sus madres; bombardeado escuelas. Vivir en Gaza: Es el territorio de mayor densidad del mundo, 5.000 habitantes por kilómetro cuadrado. 1,5 millones de habitantes de los que el 50% tiene menos de 15 años, de ahí el gran número de niños fallecidos. Ocupa un terreno de sólo 360 kilómetros cuadrados (aproximadamente la misma extensión de la comarca de Málaga).
En gaza El índice de fecundidad es de 6.42 niños nacidos/mujer. Los servicios de epidemiología, prenatales y los laboratorios han suspendido su actividad; las campañas de vacunaciones se han interrumpido en los 58 hospitales y centros de salud, de los que sólo 34 funcionan, y con generadores. El 70% de los pacientes crónicos ha suspendido sus tratamientos; entre el 25% y el 50% de los doctores y enfermeros no puede acudir a los hospitales, aunque en el sur superan el 90%. Se alerta del riesgo de epidemias. Hace frío y el riesgo de hipotermia para los niños es grave. "Hay muchas viviendas con las ventanas destrozadas. La gente tiene que colocar plásticos. Pero muchos que las conservan las abren para evitar que la onda de los bombardeos las destroce y lesione a alguien.
Gaza sigue siendo, de acuerdo con las leyes internacionales, territorio ocupado. Israel controla las entradas y salidas, así como el acceso a servicios esenciales como la electricidad y el agua. El día a día es hoy una lucha por la subsistencia."Haremos volver a Gaza 20 años atrás", dijo recientemente un miembro del Gabinete israelí. "Gaza no es un caso de subdesarrollo económico, es un caso cruel de subdesarrollo deliberado", ha escrito el historiador israelí Avi Shlaim. Para colmo, Israel prohíbe a los civiles refugiarse.Estos hechos recuerdan a otras masacres de civiles en las que la comunidad internacional no se movilizo a tiempo y luego cargo con la conciencia de no haberse mojado cuando aún quedaba margen. Casos como Kosovo, Bosnia, o el Holocausto Judío, guardan paralelismos con la Masacre de Gaza, pero como diría Mark Twain, la historia no se repite, a lo sumo rima.

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