Cuando el lago fue a contestarle, la nube ya no estaba, se la había llevado el viento.
Me imagino que, de haber respondido, el lago le habría dicho a la nube: "De dónde te crees que has salido tú, espérate a que llueva si no te enteras".
Esta historia y mi respuesta le habrían valido a mucho a los que años atras especularon con la burbuja del ladrillo.
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