lunes, 12 de octubre de 2009

Comunicación política

Qué tiene Obama que no tenga Zapatero
Mañana martes, 13 de octubre, Zapatero será el primer líder mundial en felicitar en persona a Obama por su Nobel de la Paz. Más que un premio se trata de un voto de confianza, en cuya consecución España puede tener mucho que ver (me refiero a la Paz, no al premio).
El objetivo principal de la reunión de mañana es impulsar la Paz en Oriente Medio. Para ello Moratinos, el mayor experto europeo en el tema (enviado especial UE en Oriente Medio hasta su nombramiento como ministro de exteriores) visitó hace un mes la zona y preparó la visita que realizará Zapatero tras su reunión de mañana con Obama, para lanzar la nueva estrategia para la Paz.
La reunión de mañana en la Casa Blanca será por tanto el primer paso para lo que, aunque sonó exagerado, Leire Pajín definió en junio como un "acontecimiento histórico" para "el planeta" que supondrá "una esperanza para muchos seres humanos": la coincidencia de la presidencia europea de Zapatero con la de Obama.

Pero, ¿qué tiene Obama que no tenga Zapatero?: La presidencia de los EE.UU, un Nobel de la Paz, mucho carisma y el mejor equipo de comunicación que haya existido jamás.

Por lo demás Obama y Zapatero son, en gran medida, lideres gemelos (al menos eso diría Pajín). Ambos nacieron un 4 de agosto, con solo un año de diferencia (Zapatero es mayor). De estatura y complexión casi idéntica, ambos estudiaron Derecho, y han impartido clases de Derecho Constitucional durante una etapa de su vida. Personalizaron la oposición a las políticas de Bush. Contaron en su candidatura con el apoyo de actores y directores de cine. Los dos empezaron su mandato con un gran protagonismo personal “el efecto ZP” y “el efecto Obama”. Comparten una visión más integradora del mundo y una misión de reconciliación de civilizaciones. Persiguen mejorar las condiciones de vida de sus ciudadanos (de todos, incluso inmigrantes, gays y lesbianas). Han trabajado por devolver a la ONU su papel y creído en un nuevo marco de decisiones y colaboración más plural, el G20... También comparten problemas como la crisis, el terrorismo, la burbuja inmobiliaria, el aumento del desempleo, etc.

Pero lo más importante de todo, por lo que muchos otros líderes mundiales y exdirigentes sentirán celos, es porque, como declaró Obama el 5 de abril, son amigos: "Estoy contento de poder llamarle amigo mío"; “sé que vamos a tener unas relaciones muy amistosas y muy simpáticas". Y la amistad, todo el mundo lo sabe, se apoya en un profundo sentimiento de respeto y admiración mutua. Obama elogia y se inspira en apuestas de Zapatero como el modelo de desarrollo de energías renovables, el tren de alta velocidad ("el más vanguardista del mundo"), en nuestro sistema sanitario, en los derechos de gays y lesbianas, en la alianza de Civilizaciones, en la política exterior en Oriente Próximo, en las relaciones con América Latina, etc. Y Zapatero, por su parte copia, a veces con errores, las estrategias de estímulo económico de la Administración Obama.
Sin embargo, a pesar de la amistad y las coincidencias políticas, Zapatero no podrá tener nunca la presidencia de los EE.UU, tendría que trabajar mucho más duro que Obama para tener un Nobel de la Paz y tiene serias dificultades para lograr mucho carisma. Pero hay algo que tiene Obama que también puede tener Zapatero: el mejor equipo de comunicación que haya existido jamás, y así acabar con la escasa repercusión de los éxitos del Gobierno y la amplia difusión de sus errores. Por el camino puede que acabe la crisis, que la presidencia española de la UE sea un éxito y que, esto es más difícil, palestinos e israelitas firmen la Paz.