Unos días más tarde durante el Campeonato Europeo de Waterpolo las piscinas se estrenaron con nadadoras y nadadores de toda Europa, tampoco parecían reales.


El ambiente deportivo me motivaba tanto que casi todos los días, al salir del ayuntamiento, me iba a nadar a la piscina de mi gimnasio y de allí al campeonato. No era mi primer campeonato, en 1996 trabaje para el Mundial de Sierra Nevada, pero esta vez el espiritu deportivo llegó hasta mi mis venas. Me propuse nadar más metros y más rápido hasta que rebasara mi propia y humilde marca personal.

Me relacione con casi todos los periodistas especializados de los que aprendí casi todo lo que no me contaban los entrenadores y miembros de la federación. También aprendí a hacer fotos deportivas, no es fácil, te tienes que adelantar a la jugada si quieres que salga la foto perfecta. 

Nunca había seguido ningún deporte por televisión, pero al llegar las olimpiadas seguí con entusiasmo mi nuevo deporte. Una extraña lesión de rodilla me impidió seguir mi personal reto olímpico de mejorar mis marcas personales. Pero me permitió seguir como nunca los juegos olímpicos.



Como estaba de baja me podía levantar de madrugada para ver las competiciones de waterpolo, por primera vez en mi vida estaba siguiendo un deporte por televisión, también por primera vez conocía los nombres de todos los jugadores y de los entrenadores de un deporte de equipo.

España lo hizo mejor en las olimpiadas que en europeo, resultó ser verdad lo que me dijo el entrenador de la selección, en el campeonato de Málaga estaban preparando la estrategia para las olimpiadas. En Pekín ganamos a muchos de los que nos golearon en Málaga y quedamos en 5ª posición. El equipo femenino gano el bronce. 
Estuve hasta octubre sin poder entrenar y en ese tiempo no solo perdí la forma física, sigo entrenando casi a diario, pero ya no es como antes. La vuelta hoy a estas piscinas sin embargo parece haberme reactivado, por fin tengo una piscina de 50 m y a tan solo unos 150m de casa. Hasta ahora si quería nadar en una olímpica tenía que irme a Torremolinos o a Granada y la más cercana, la de mi gimnasio, más que una piscina es una charca, el agua te llega por la cintura y sus estrechas calles, de 25 m de largo, están llenas de gente con flotadores que te impiden mantener el ritmo.
Ahora se de verdad lo que es una piscina de campeonato, ahora me toca renovar mis retos dentro y fuera del agua, sin saber si se juega ya alguna medalla.

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