jueves, 18 de octubre de 2007

Todas las revoluciones empiezan en casa

En mi casa, mis amigos lo saben, estaba el sofá aqui, la mesa allá y en medio todo lo demás. Hasta que esto me aburrió. 


Puse entonces el sofá allá y la mesa aquí.Durante un tiempo me sentí animado por la novedad. Pero el aburrimiento acabó por volver.
Llegue a la conclusión de que el origen del aburrimiento eran los libros, revistas, periódicos y todo lo demás, o mejor dicho su situación central e inmutable. Traslade todo aquí y el sofá en medioLa novedad volvió a animarme, y mientras duró me conformé con la incomodidad que había causado.

Al cabo de cierto tiempo incorporé mi cama al salón. Pensé en meter tambien el armario, y eso que era empotrado, pero no fue necesario. Esta vez el cambio era radical. Mis amigos  calificaron la novedad de vanguardista.
Pero al cabo de cierto tiempo... Ah, si no fuera por ese "cierto tiempo"... se hacia necesario llevar a cabo una ruptura, tomar una decisión terminante.


Dentro de unos límites determinados no es posible ningún cambio verdadero y entonces hay que traspasar dichos limites.


Cuando el inconformismo no es suficiente, cuando la vanguardia es ineficaz, hay que hacer una revoluciónDecidí traerme el armario y dormir en el, poner la tele en la cama y los libros, revistas, periodicos y todo lo demas encima del sofá. Cualquiera que haya intentado dormir en una armario, de pie, sabrá que semejante incomodidad no permite dormir en absoluto, por no hablar de los dolores de espalda.
Aún quedaba la mesa y allí acabé poniendo mis sabanas. Sí, esa era la decisión correcta. Un éxito, una victoria. Todo había ido ido perfectamente a no ser por mi capacidad de resistencia física, que resultó tener sus límites. ¿Cuántas revoluciones habrán fracasado por falta de resistencia?. Una noche no aguanté más y me metí en el sofá, con los periodicos, revistas, libros y todo lo demás.
Dormí tres días y tres noches del tirón. Despues puse el sofá junto a la pared, la mesa en medio, la cama en la habitación y guardé todo lo demás. Ahora, cuando me consume el aburrimiento, recuerdo los tiempos en que fui revolucionario.


Antes de iniciar la labor de cambiar el mundo, 
da tres vueltas por tu propia casa 
(Provervio chino)
Historia basada en mi experiencia y en la "La vida dificil" de Slawomir Mrozek: escritor polaco que os recomiendo.

jueves, 4 de octubre de 2007

Por qué late mi corazón


A finales de octubre National Geographic nos enseñará imágenes impactantes de nuestro interior. Impaciente por saber más, he descubierto que mi corazón late como si aún tuviera 20 años, no me extraña nadie me hecha más de 25. Mis 60 pulsaciones en reposo son como las de un deportista de elite, aunque yo nunca he llegado a las 200. Una vez ante la Selección Alemana de Natación en la piscina olímpica del Centro de Alto Rendimiento de Sierra Nevada, me faltó técnica, aire y sobre todo desvergüenza, pero no potencia para seguir nadando. Para batir tus marcas y superar tus retos lo importante no es si sobrepasas tu limite cardíaco, sino si tu corazón se recupera con facilidad. Tras una dura prueba, la última que recuerdo no fue deportiva, a veces tardo en recuperar el aliento y hasta el ánimo, pero el ritmo cardíaco, sorprendentemente, se recupera sólo. Hoy, que no he hecho nada especial, mi corazón no ha latido muchas más de 86.400 veces pero, como todos los días, he notado que al menos una vez ha latido por ti.

Si te interesa el tema:
http://www.mundoatletismo.com/site/atletismopopular/01d67c944b0dec402.html